Él nos moldea

"«¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad, y él los salvó de su aflicción. Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro y aquietó las olas" (Salmos 107:28-29 NTV).

Dios me ha enseñado —y no me ha sido fácil entender a lo largo de los años— que Él es todo bondad siempre y siempre está en control de todo, pero que no todo sucede ni termina siempre como yo he pensado que es lo "más conveniente" para mí. Pero eso sí, todas las veces, sin excepción alguna, Él conoce —y hace— lo que es mejor para mi vida de acuerdo con su amor, sabiduría, bondad, justicia y misericordia.

Tal vez a ti te suceda como a mí: cuando viene la prueba, esperamos que sea una prueba de corta duración y nos sentimos preparados, pero si se prolonga... eso es otra cosa. Y por Su gracia y amor, sin importar la duración y severidad de la prueba, siempre va a nuestro lado y nos sostiene, y al final, el resultado será justo lo que Él tenía preparado para nosotros. Descansemos en el Señor, con nuestra vista atenta, nuestros oídos abiertos y el corazón dispuesto: Él nos está moldeando al carácter de Cristo.

¡Oh, que pudiéramos decir al final junto con Job: «Hasta ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos» (Job 42:5)!

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De gracia recibisteis...

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—David Franco