A Dios clamé

"Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará" (Salmo 77:1).

Clamar es "pedir vehementemente", según la Real Academia Española. Entonces podríamos decir que el versículo uno del Salmo 77 dice algo como: "A Dios le pedí vehementemente, con ímpetu, apasionadamente".

En mi país, cuando uno repite algo de memoria y sin emoción o sentimiento alguno de por medio, se dice que lo "repite como perico".


¿Es así como oramos cuando pedimos por las necesidades de otros? ¿Repetimos "como perico" una lista de peticiones? Espero que no, pero en todo caso, recordemos llevar a Dios las necesidades de nuestros hermanos con amor y misericordia, como si fueran nuestras, justo así, con vehemencia.

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